Cuerpo y Alma en Armonía: Tu Camino Personal

La diferencia en el proceso de cambio y transformación a menudo radica en la conciencia y en el grado de involucramiento que tengas. Por ejemplo, es común acudir a un terapeuta con la expectativa de que este elimine los síntomas físicos que experimentas. Si bien esta estrategia puede ofrecer alivio temporal, es frecuente que los mismos problemas resurjan con el tiempo. ¿Por qué ocurre esto? Porque se tiende a considerar la situación únicamente desde una perspectiva física, ignorando que hay factores subyacentes más profundos: tus emociones se manifiestan a través del cuerpo.

Si te limitas a trabajar sobre los músculos, la fascia y otras estructuras sin cuestionar las causas y propósitos de tus problemas corporales, tu cuerpo continuará enviando señales hasta que les prestes atención. Imagina por un momento que asumes el papel del terapeuta en tu propio proceso de sanación, prestando atención a cada movimiento, cada presión, al dolor y a tu respiración. Tú eres quien tiene el control sobre lo que haces; solo tú puedes determinar hasta dónde puedes llegar realmente. Si te excedes, es probable que no puedas soportarlo y debas detenerte.

Estar presente y comprender lo que estás haciendo para facilitar tu liberación es fundamental para lograr una verdadera sanación.